“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1.16
Aparece por primera vez en Hechos 11.26 donde dice: “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.”
Además aparece en Hechos 26.28 donde dice: “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” y en I Pedro 4.16: “pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello”
El término cristiano, se acuñó siguiendo el estilo romano para asignar a un seguidor del Señor Jesús.
Fueron gentiles quienes le atribuyeron a los seguidores de Jesucristo este término al principio.
Pero ya para el siglo II los mismos seguidores del Señor se aplicaban el término con un sentido de honra.
El término Evangélico
El término "evangélico", no es un término de uso corriente, sin embargo, se refiere a cualquier cosa que implique la fe en Jesucristo, como Salvador y Señor.
Ser evangélico significa entonces, el sólo hecho de ser cristiano, esto es, basarse en esas buenas nuevas de salvación, motivarse por ese mensaje, actuar de acuerdo a las enseñanzas y principios del Evangelio, y también proclamar las buenas nuevas del mensaje del Nuevo Testamento.
Es necesario enmarcar la expresión cristiano-evangélico dentro de de su contexto bíblico-histórico.
Resumiendo el mensaje Original
Al leer el Nuevo Testamento y particularmente el Libro de Los Hechos, nos damos cuenta que la proclamación evangélica de los apóstoles fue la Proclamación de la Resurrección de Jesucristo.
Era la gran noticia que Jesús el Cristo que fue crucificado al tercer día había resucitado y que había que creer en él y arrepentirse de los pecados para ser perdonado y salvo.
Y quienes recibían este mensaje, se añadían a la iglesia local.
Y perseveraban juntos en la doctrina de los apóstoles, en las oraciones y en el partimiento del pan con alegría y sencillez de corazón.
Todo lo anterior libre de ritos, dogmas, tradiciones, leyendas y supersticiones.
Lo que importaba era una relación personal con Jesucristo y un amor entrañable con los hermanos; creciendo a diario en la Palabra.
1) La Biblia como nuestra única norma de fe y de práctica.
2) Que creemos en que Jesucristo, se encarnó, murió y al tercer día resucitó. Que su muerte fue una muerte vicaria.
Esto es, murió en nuestro lugar, para darnos salvación y vida eterna.
Que la salvación que Él pagó en el Calvario lo recibimos por la fe y es por gracia de Dios y no por obras nuestras. Como dice Efesios 2.8:
3) Que donde está Jesucristo, está su Iglesia.
Que la iglesia no es una institución, ni una casta clerical hegemónica, sino el conjunto de los lavados con la sangre de Cristo.
Tampoco tiene que ver la iglesia prioritaria-mente con dogmas y tradiciones humanas.
Hemos recibido la Biblia, como la Palabra de Dios, toda ella contiene un mensaje
El término cristiano, se acuñó siguiendo el estilo romano para asignar a un seguidor del Señor Jesús.
Fueron gentiles quienes le atribuyeron a los seguidores de Jesucristo este término al principio.
Pero ya para el siglo II los mismos seguidores del Señor se aplicaban el término con un sentido de honra.
El término Evangélico
El término "evangélico", no es un término de uso corriente, sin embargo, se refiere a cualquier cosa que implique la fe en Jesucristo, como Salvador y Señor.
Ser evangélico significa entonces, el sólo hecho de ser cristiano, esto es, basarse en esas buenas nuevas de salvación, motivarse por ese mensaje, actuar de acuerdo a las enseñanzas y principios del Evangelio, y también proclamar las buenas nuevas del mensaje del Nuevo Testamento.
Es necesario enmarcar la expresión cristiano-evangélico dentro de de su contexto bíblico-histórico.
Resumiendo el mensaje Original
Al leer el Nuevo Testamento y particularmente el Libro de Los Hechos, nos damos cuenta que la proclamación evangélica de los apóstoles fue la Proclamación de la Resurrección de Jesucristo.
Era la gran noticia que Jesús el Cristo que fue crucificado al tercer día había resucitado y que había que creer en él y arrepentirse de los pecados para ser perdonado y salvo.
Y quienes recibían este mensaje, se añadían a la iglesia local.
Y perseveraban juntos en la doctrina de los apóstoles, en las oraciones y en el partimiento del pan con alegría y sencillez de corazón.
Todo lo anterior libre de ritos, dogmas, tradiciones, leyendas y supersticiones.
Lo que importaba era una relación personal con Jesucristo y un amor entrañable con los hermanos; creciendo a diario en la Palabra.
1) La Biblia como nuestra única norma de fe y de práctica.
2) Que creemos en que Jesucristo, se encarnó, murió y al tercer día resucitó. Que su muerte fue una muerte vicaria.
Esto es, murió en nuestro lugar, para darnos salvación y vida eterna.
Que la salvación que Él pagó en el Calvario lo recibimos por la fe y es por gracia de Dios y no por obras nuestras. Como dice Efesios 2.8:
3) Que donde está Jesucristo, está su Iglesia.
Que la iglesia no es una institución, ni una casta clerical hegemónica, sino el conjunto de los lavados con la sangre de Cristo.
Tampoco tiene que ver la iglesia prioritaria-mente con dogmas y tradiciones humanas.
Hemos recibido la Biblia, como la Palabra de Dios, toda ella contiene un mensaje
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